Cuantas veces hemos entrado a una página con listas de 10, 50, 100 canciones favoritas de la historia. En todas las ocasiones no he coincidido con muchas de ellas (como con cualquier lista elaborada estadísticamente). Las canciones son algo tan personal, que no solo influye el sentido estético y de calidad sino parámetros como el momento en que se escucharon, la fibra que tocan sus letras, que nos remonten a un pasado feliz o incluso triste, o sencillamente no saber que demonios hace que ese tema sea tan especial. Entra en sintonía con nuestro cerebro, y provoca misteriosas conexiones sinápticas imposibles de rastrear.
Personalmente, no puedo decir que haya un tema que siempre lo tenga en el número uno de mi propia lista, no funciona así. Naturalmente tengo mis preferidos, por los motivos que enuncié anteriormente, pero van alternando ese podium, conforme vuelven a mi vida por cualquier medio. Algunos incluso parecían totalmente olvidados durante años y retornan a mi memoria con una alegría inmensa por redescubrirlos de nuevo. Otras veces hay nuevas entradas, causadas por una composición reciente o, sorprendentemente, por algunas a las que nunca había prestado atención y que, por esos misterios neuronales, de repente se convierten en un temazo que me llega a lo más hondo.
Actualmente he redescubierto uno de los que siempre estuvo ahí, y en estos momentos es el primero, no sé por cuanto tiempo. Me provoca sensaciones nostálgicas, incluso de tiempos que no he vivido, quizá de los años 2o o 30, y también, y esto hay que explicarlo en el contexto de la película a la que pertenece, Blade Runner, la tenue percepción de un esplendor perdido en el tiempo, en un caos futurista en el que la humanidad afronta su decadencia.
El tema es One more kiss dear, de Vangelis.
¿Podrías decirme cual es el tema actual en tu vida?, y lo más complicado....¿por qué?
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